
Tengo el alma estremecida y encadenada por el teatro, mi moral se consume en el hacer, ya no esperen que piense demasiado las acciones de cada día, no esperen que castigue a mis hijos sin ver televisión, no esperen que piense en los proyectos lucrativos, yo hago lo que necesito. Aunque crean que vivo como un animal, probablemente no se estén equivocando, el instinto es mayor que la razón.
Ya no lloro encima de los conflictos entupidos, lloro cuando me estremezco, lloro con fedra gritando.
No me pidan que crucifique mi cuerpo, no me pidan que censure la desnudez.
Ya no pidan que escuche su generación reprimida, la generación del silencio.
No dejare de cuestionarlos, no dejare de hablar… ya no esperen que aprenda a callar.
Ya no se pudo.
Ya no esperen que escriba y guarde la copia… se ama sin copia… se entrega y no se retiene, se deja en libertad.
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