
Todos los días se aceleran las nostalgias copiosas de un día nuevo, en el paradero de siempre,
pequeñas centellitas de paso, son solo memorias de un día, de aquellos días, cuando siempre,
siempre había un suicidio a mano y sangre de narices.
Cuando entre humo, y todo lo demás los relojes estacionaron su oficio… quizás cuanto.
La era de las asfixias, del dolor de ojos, y la presión del vientre.
1 comentario:
Debo decir que me hizo muy bien hablar contigo el otro día.
De vez en cuando los valdes de agua fría, vienen justo en el momento. Al margen de que uno este de acuerdo o no, el agua te congela igual. La vida, que cambia de nombre todos los dias, se encarga de mirarte a los ojos y ponerte los pies firmes otra vez sobre la tierra, o talvez no firmes, pero si de lavarte la mirada para cambiar un poco el modo de vivir. Por tomar por nombre Vida ayer, de Verdad muchas gracias.
La nostalgia, pareciera que no hay mucho que hacer con eso, maldito estado que nos posee de cuando en vez, y que nos deja ciegos.
Pero claro esta que hay que sentarse a pensar que hacer o que no hacer, pero no quedarse en el medio, esa si es la angustia mas desagradable.
Me pasa que tengo sentimientos encontrados con en este estado. No hay discusion en lo desagradable de poseerlo, pero es ese instante en que uno puede hacer tangible casi todos las sensaciones, saborear cada sentimiento, la vulnerabilidad nos ayuda para alcanzar cualquier estado, cualquier momento. Es como estar en un estado permanente de recuerdos, de poder revivir casi exactamente como aquella vez cada sentimiento, de reirse por alguna ocasion.
Derrepente la nostalgia nos hace tanta falta para sensibilizarnos, esa lluvia frenetica de flashback en que los sentimientos colisionan, se mezclan, se confunden y a su vez, ese instante en que cada sentimiento se fragmente continuamente frente a tus ojos.
De cuando en vez me gusta la nostalgia.
Me pasa que muchos días tomas por nombre Vida, independiente de lo absurdo que sea y del detalle pequeño. Gracias por permitir darme cuenta de tantas cosas. Del chofer, de las burbujas de la coca cola, del niñito de la vereda. Espero nunca sentir nostalgia sobre estos días.
Te quiero mucho
Tutu
Publicar un comentario