
Crecí del polvo, forre la niñez igual que mis cuadernos, marqué los lápices y los perdí todos, incluso los que habían sido de mi abuelo.
Los otros, los otros miran, los otros dicen y opinan, nosotros,…yo, me callo.
Si seguimos hablando de hojas que se caen, de plazas solas, de niños que ya no son niños, y de mí que ya no prometo hijos….
Nos terminamos aburriendo, hablemos de lo lindo que es mentir.
De lo asqueroso que es, y de lo cotidiano que es.
Hablemos de los ojos grandes y de los chicos, de las pieles suaves y las profundas, hablemos de lo que no hablamos nunca, de lo que no vamos a hablar nunca tampoco.
Volvamos a manosear a todos los poetas que han sentido angustia alguna vez, a todos los poetas que mienten, que sueñan y se suicidan.
Hablemos de coleccionar cosas, hablemos de la puta dedicación con que guardamos la niñez completa, la adolescencia completa y la adultez debajo de la cama.
Y sigamos mintiendo como hasta ahora.... si es verdad que no queremos hablar del suicidio, del poeta, de la niñez ni los cuadernos.
Saltemos en la terraza hasta que se caiga, y los escupos, bien decididos, bien hacia el frente.
Volvamos a mentir cuando hablemos de los siempre y de los nunca.
Y de la ternura, desde la nariz hasta los ojos, desde las manos hasta la espalda, desde unos ojos, hasta los otros ojos. De la mano ella en el pelo él.
O de las lágrimas, las de siempre, las lejanas bien lejanas, las de mentira, las tibias y las suicidas.
O mejor de la pena de escribir sin decir nada, o la de llorar sin escribir, o la de esperar sin gritar, o la de sorprender a nadie, o la de mentir (nos) , o las de siempre y nunca…
Hablemos de lo que a nadie le importa, de lo individual, de lo perfecto, de lo único, de lo irremplazable, de lo defectuoso, de lo propio y de lo ajeno.
Vuelvo a mirar las mismas mierdas de hojas, al mismo portero, el mismo reflejo, la misma lluvia que no llega nunca, los mismos lápices de niña, y las mismas mentiras ahora menos inocentes.
Los otros, los otros miran, los otros dicen y opinan, nosotros,…yo, me callo.
Si seguimos hablando de hojas que se caen, de plazas solas, de niños que ya no son niños, y de mí que ya no prometo hijos….
Nos terminamos aburriendo, hablemos de lo lindo que es mentir.
De lo asqueroso que es, y de lo cotidiano que es.
Hablemos de los ojos grandes y de los chicos, de las pieles suaves y las profundas, hablemos de lo que no hablamos nunca, de lo que no vamos a hablar nunca tampoco.
Volvamos a manosear a todos los poetas que han sentido angustia alguna vez, a todos los poetas que mienten, que sueñan y se suicidan.
Hablemos de coleccionar cosas, hablemos de la puta dedicación con que guardamos la niñez completa, la adolescencia completa y la adultez debajo de la cama.
Y sigamos mintiendo como hasta ahora.... si es verdad que no queremos hablar del suicidio, del poeta, de la niñez ni los cuadernos.
Saltemos en la terraza hasta que se caiga, y los escupos, bien decididos, bien hacia el frente.
Volvamos a mentir cuando hablemos de los siempre y de los nunca.
Y de la ternura, desde la nariz hasta los ojos, desde las manos hasta la espalda, desde unos ojos, hasta los otros ojos. De la mano ella en el pelo él.
O de las lágrimas, las de siempre, las lejanas bien lejanas, las de mentira, las tibias y las suicidas.
O mejor de la pena de escribir sin decir nada, o la de llorar sin escribir, o la de esperar sin gritar, o la de sorprender a nadie, o la de mentir (nos) , o las de siempre y nunca…
Hablemos de lo que a nadie le importa, de lo individual, de lo perfecto, de lo único, de lo irremplazable, de lo defectuoso, de lo propio y de lo ajeno.
Vuelvo a mirar las mismas mierdas de hojas, al mismo portero, el mismo reflejo, la misma lluvia que no llega nunca, los mismos lápices de niña, y las mismas mentiras ahora menos inocentes.
2 comentarios:
Parece que hoy todo es cotidiano,
la gama de pensamientos y sentimientos de cada día es asombrosa....
Y es cierto que jugamos con una carta de libertad en las manos
pero si no se está seguro se suele no ocupar, aun que la libertad se sienta en la puerta se espera un tiempo para utilizarla y hacer una mejor jugada...
Parece que eso pasa..
Si sentimos prision a pesar de tener toda la libertad en nuetsras manos ... es por algo..
Los poetas han sido y seran manoseados siempre ,
por cada historia,
asi como la trova...
y bien sabemos que lo que lo hacen especiales,
es el como lo aplicamos a nuestras vidas...
Ya habrán nuevos dias en que estes frente a ese público y tengas otra vez la virtud y la libertad de decir cuanto se te ocurraa tanta vida y que estas a su vez te aplaudan hasta que se cierren las cortinas.
Ya vendrán días en que todo lo de hoy sea un ayer, en que el juego con todos sus puntos , este sobre la mesa, y las cartas esten ya echadas...
Hoy tambien estas ganando... aunque nada de eso parezca....
Cuenta con migo ...
Te quiero mucho!...
Tutu!
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